viernes, 30 de marzo de 2012
Periodicidad
de la difusión del plan o programa
Para la periodicidad se van a tener dos momentos claves asi:
·
En la etapa inicial, que serian los 3 primeros
meses se va difundir semanal, se esta manera se logra que el personal
introyecte el Auto cuidado que se reflejara a la vez en sus familias y en las
comunidades que habitan.
·
Al tener una periodicidad semanal, no va ser
fácil dejar a un lado el tema, el ser humano en ocasiones aprende fácilmente
con la repetición.
·
En la segunda Fase que es la de mantenimiento
se disminuiría la periodicidad de quincenal a mensual, se espera que las
personas ya estén conscientes de la importancia de evitar las infecciones
intrahospitalarias, del auto cuidado, ya con la publicación mensual o el
“RECORDERIS” se pretendería sostener el programa, porque no se puede abandonar
como tampoco se puede llegar a la monotonía con la gente.
Lugares de
difusión y distribución de las estrategias que propone el
plan
Principalmente se repartirán volantes con TIPS,
estos se entregaran al inicio del turno en las entradas principales de la
institución, laboral a las 7 am y a las 7pm, se esta manera se garantiza una
cobertura al menos del 80% de la comunidad Hospitalaria.
Para la entrega de volantes contaremos con el
apoyo de las VOLUNTARIAS y el personal de seguridad.
El programa se va difundir en las carteleras
de cafetines, carteleras de acceso al público, por volantes y por la intranet.
Campaña con socio dramas que pasara por todas
las unidades de la institución, de esta manera se llegara a todos los empleados
y cobertura en todas las áreas.
Nombre del programa: infecciones intrahospitalarias
Eslogan: atención limpia es atención asegura
Presentación del programa: Las infecciones intrahospitalarias, conocidas también como infecciones
nosocomiales, son aquellas que se adquieren una vez que el enfermo ha ingresado
al centro hospitalario y constituyen un problema de salud pública a escala
nacional y mundial, dado que se asocian a un incremento de la mortalidad,
morbilidad y costos, tanto hospitalarios como para los pacientes, sus familias
y la sociedad en general. Donde El lavado de manos es de suma importancia para prevenir las infecciones en
general.
Diagnostico
Las causas de las infecciones
intrahospitalarias es la capacidad
agresiva y contaminante que comportan muchas de las maniobras como un mal lavado
de manos.
Las defensas contra la infección de hallan disminuidas en los
pacientes ingresados, ya sea por la misma enfermedad, por circunstancias
acompañantes, o por terapias – drogas inmunosupresoras a los que son sometidos.
El ingreso al hospital de pacientes con
enfermedades infectocontagiosas que directa o indirectamente pueden trasmitir
la infección a otros pacientes y al personal sanitario.
Los pacientes hospitalizados son
atendidos por un número importante de trabajadores de salud que al no tener una adecuada higiene de
manos, facilitan el intercambio de gérmenes entre ellos y los enfermos, y así
la flora existente en las personas a su ingreso se ve desplazada por la
predominante en el ambiente hospitalario.
Por último la deficiencia en la ejecución
de las normas de higiene hospitalaria debido al incumplimiento adecuado de las
técnicas de limpieza, desinfección y esterilización.
Es un problema nacional ya que abarca
municipios y departamentos donde se ve afectada toda la población, porque
pacientes se trasladan de un lugar a otro donde necesitan ser atendidos en
diferentes hospitales o clínicas de todo el
territorio nacional.
Afecta la población en muchas ocasiones, ya que las enfermedades en la mayoría de las ocasiones
son por una inadecuada manipulación de los alimentos que consumimos, entonces
cuando nuestras defensas son bajas es allí donde los gérmenes y bacterias se
apoderan de nuestro organismo.
Se agudizan dependiendo de la población y
del tipo de bacteria multiresistente, y son menos graves cuando acudimos a
tiempo al personal encargado en la oficina epidemiológica que proporciona una
adecuada información sobre el cuidado y la prevalencia de las infecciones IIH.
Si estos problemas no se enfrentarían,
nos veríamos en un gran problema de salud pública, ya que se presentaría una
suma considerable de mortalidad en el país debido a tantas infecciones
incontrolables debido a una causa muy sencilla que es el mal lavado de manos.
Infecciones nosocomiales IN o también
llamadas infecciones intrahospitalarias
a la población más afectada es la más vulnerable a recibir infecciones intrahospitalarias como
aquellas personas entre los 50 y 90 años y el 60% de estos casos están en este
rango de edades, también los pacientes con desnutrición, traumatismos,
enfermedades crónicas, tratamientos con inmunosupresores y antimicrobianos, así
como los que están sometidos a procederes invasivos diagnósticos o
terapéuticos, que los hacen más susceptibles de adquirir sus infecciones
durante su estancia en el hospital.
La población en general se beneficia de
cada proyecto, de la aplicación exitosa de las mejoras en la gestión de la
prevención de infecciones en todas las comunidades.
La capacidad que tienen las personas es
llevar a cabo las actividades asegurándose de contar con suficiente personal
capacitado, considerando que las IIH son un riesgo que debe vigilarse, haciendo
participación de los grupos de uso racional de antibióticos y control de
resistencia microbiana, llevando a cabo implementación y estandarización de
procesos ante las IIH.
Para darle solución se ha realizado un
seguimiento a la utilización de técnicas tales como: charlas grupales,
plegables debates de ideas, entregas de material educativo comenzando con
profesores seleccionados, también se ha
realizado planes de acción donde se describieron las actividades realizadas, se
observó que antes de recibir las labores educativas, se consideraban escasos
los conocimientos que poseen los trabajadores acerca de las IIH , sus
colaciones, los gérmenes más frecuentes, las normas de prevención y control de
la sepsis nosocomial y los tipos de lavados de manos, así es como se considera efectiva la intervención
educativa ya que se evaluó el número de trabajadores que adquirió los
conocimientos sobre el tema investigado.
Acciones o estrategias propone nuestro programa para
modificar el diagnostico.
Para modificar
este panorama se propone que las unidades de vigilancia y control de cada
hospital, deberán trabajar de forma coordinada con todo el equipo de salud
quienes recibirán información del sistema. Los productos de la vigilancia
deberán constituirse en herramientas de gestión para todos los niveles de
atención, se deberán emplear métodos activos de recolección de datos
considerando a) la revisión de historias clínicas de pacientes con factores de
riesgo o condiciones previamente relacionadas
para su vigilancia b)revisión de los resultados de cultivos positivos de
pacientes. Debe existir un equipo multidisciplinario responsable de la
vigilancia epidemiológica conformado por un epidemiólogo, una enfermera u otro
profesional con funciones en el control de IIH y un microbiólogo con horas
asignadas a la tarea. La
notificación de las IIH es responsabilidad del responsable de la oficina
de epidemiologia.
La vigilancia
debe proporcionar información oportuna sobre la incidencia y prevalencia de las
infecciones asociadas al mal lavado de
manos, llevando de resistencia de microorganismos. Deben existir normas y
procedimiento para estudio y manejo de lavado de manos que tienen las IPS,
difundiendo la información de la vigilancia a todos los miembros del equipo de
salud que deben conocerlo. El sistema de
vigilancia debe ser evaluado periódicamente con estudios de prevalencia.
El hospital debe contar con el personal capacitado especialmente asignado para
realizar las tareas de vigilancia epidemiológica.
Disminuir la
incidencia de exposiciones laborales del equipo de salud a los agentes microbianos y las infecciones
que pueden puedan ocurrir por estas exposiciones.
Evaluar el
impacto de las acciones de prevención y control realizadas.
Población beneficiada
Es aquella que no tienen
acceso a ningún dispositivo que se les
esté manipulando, y que si se realiza un buen lavado de manos probablemente va
a estar libre de cualquier infección, en cuanto al género y las edades si
cumplen con todos los resultados antes mencionados, probablemente se van a
clasificar en población beneficiada.
Problema que se quiere modificar con nuestro
plan
En la actualidad las infecciones
intrahospitalarias representan un alto índice de morbi-mortalidad y a su vez un
aumento del costo hospitalario, y demandas; en algunos casos por la falta de recursos económicos, la
dificultad para diagnosticarlas de manera precoz, y en la mayoría de las veces
por falta de conocimiento e implementación acciones para prevenirlas.
Prácticas o
comportamientos que lo originan.
Aunque el origen de estas infecciones puede ser múltiple las acciones
que se ven directamente relacionadas con las infecciones intrahospitalarias son:
La limpieza del hospital:
Se
diferencia (o se debería diferenciar) de la que se realiza en otros centros en dos aspectos
fundamentales:
·
Las frecuencias de limpieza deben ser mayores y las tareas deben realizarse
con mas minuciosidad, lo que se hace para evitar que los enfermos sufran
contagio de infecciones, erradicando de esta manera cualquier foco de infección
creando un ambiente estético agradable para los pacientes del
centro, con lo que se sentirán a gusto y mejorará su estado de salud y bienestar. La limpieza sigue
siendo la mejor garantía de lucha contra la proliferación de gérmenes y bacterias.
·
Las fuentes de contaminación y los mecanismos de transmisión son
varios. Uno de los mayores problemas de la contratación de un servicio en general es que la elección del proveedor
del servicio se hace en gran parte a ciegas.
·
La venta se hace antes de la producción, en la confianza del cumplimiento del pliego
de condiciones técnicas y económicas.
·
Se debe respetar las indicaciones de los proveedores de productos de limpieza, con el fin de que no pierdan
propiedades limpiadoras y desinfectantes.
·
Cuando los gérmenes peligrosos han sido localizados, debemos prestar
especial atención en destruirlos en su totalidad y no
diseminarlos por el hospital transportándolos de un lugar a otro.
·
Esterilización: Proceso para eliminar toda vida microbiana.
·
Desinfección: Operación que tiene como fin la destrucción de infecciones
aeróbicas.
·
Infección: Es la introducción de un microorganismo patógeno en el cuerpo de un sujeto
predispuesto, provocando una enfermedad.
·
Hospitalismo: Es el paso de una infección de una personas a otra. También
conocido como Contagio. Es un problema muy grave en los hospitales.
·
Microorganismos: Animales unicelulares microscópicos, de alta velocidad de reproducción, algunos de ellos causantes de enfermedades (virus, Hongos, Protozoos), que se alimentan de principios básicos que se encuentran en el hombre o en la suciedad.
·
Suciedad: Materia de naturaleza orgánica o inorgánica donde pueden
reproducirse microorganismos causantes de enfermedades.
·
Polvo: Toda partícula sólida de pequeño tamaño que se encuentra en
cualquier superficie o en suspensión en la atmósfera. Su origen es orgánico o inorgánico y es el causante directo de
enfermedades tan importantes como el Asma o las alergias respiratorias. En un medio hospitalario, el polvo
aloja y sirve de vehículo a bacterias, con lo que se puede convertir en foco de
infección.
·
Foco de
Infección: Lugar o medio donde se origina una infección bacteriana.
Higiene:
Según el
grado de higiene de cada zona del hospital, que va asociado al riesgo de infección, podemos dividir el centro
en tres tipos de zonas:
·
Zonas de Alto Riesgo: Unidades de cuidados intensivos, unidades de
vigilancia intensiva, quirófanos, antesalas a los quirófanos, zonas de
hemodiálisis, etc. Estas zonas deben ser limpiadas y desinfectadas en su
totalidad de manera escrupulosa y con una frecuencia muy baja. En estas zonas
la limpieza y desinfección debe ser total, con periodicidad de varias veces al
día (o tras operaciones, curas, etc.).
·
Zonas de Riesgo Medio: Cocina, vestuarios, duchas, piscinas, habitaciones
de pacientes, salas de descanso y tratamiento, consultas, etc. Sanitización.
Limpieza especialmente cuidadosa con higienizante o desinfectante.
·
Zonas de Bajo Riesgo: Oficinas, pasillos, halls y escaleras, ascensores,
etc. Limpieza eficiente y profesional.
·
La desinfección a través de la limpieza de una superficie tiene como
finalidad el combatir las infecciones aerobias y concretamente las que tienen
su origen en el polvo.
·
Las superficies con las que los pacientes están en contacto pueden
convertirse en verdaderos focos de microorganismos patógenos.
·
Una limpieza frecuente (al menos una vez al día) y desinfección de las
superficies es esencial para reducir la diseminación de dichos gérmenes. La
importancia práctica de la descontaminación de las superficies debe ser
examinada en relación directa con su proximidad al paciente.
·
Las mesillas, timbres, el cuarto de baño (bidé, lavabo, inodoro, etc.), son
superficies que requieren una atención especial.
·
En un hospital se habla mucho de desinfección, pero no se tiene una idea
muy clara de lo que esto significa. Debemos saber que antes de aplicar un programa de desinfección se debe haber limpiado
adecuadamente las distintas zonas y que esta debe ser: Metódica: Con un plan elaborado previamente.
·
Científica: Con el fin de utilizar los métodos apropiados según las características del
germen a destruir. Completa: Pero no uniforme, utilizando el desinfectante
adecuado según la zona a limpiar: Alto, medio o bajo riesgo.
·
Las infecciones están producidas por los microorganismos unicelulares.
Algunos de ellos son necesarios para la vida (bacterias que producen la fermentación, por ejemplo), y otros producen las temidas
enfermedades.
Otras causas puedes ser:
·
Contacto con una colonia de microorganismos
patógenos arraigados en una instalación
hospitalaria.
·
Un tratamiento inseguro.
·
Compartir un vial contaminado.
·
La madre en momento del parto.
·
Visitantes portadores de una infección
transmisible mediante contacto o por el aire.
·
El propio personal sanitario que asiste al
enfermo.
·
Una instalación hospitalaria demasiado antigua y
difícil de esterilizar.
Infecciones intrahospitalarias cuestan 727 mil
millones anuales.
Las instituciones de salud gastan anualmente cerca
de 727 mil millones de pesos en el tratamiento de pacientes que contraen
infecciones intrahospitalarias. Se trata de un problema de salud pública que
requiere mayor atención, pues gran parte de las infecciones y las muertes que
ocasionan se podrían evitar si hubiera más control y vigilancia epidemiológica
en los hospitales del país.
La
transmisión se clasifica según factores endógenos o exógenos. La primera se
produce en pacientes clínicamente enfermos o con algún grado de
inmunosupresión, por lo que son más susceptibles a adquirir la bacteria, por
ejemplo personas con cáncer o VIH. Entre los factores exógenos están los procedimientos hospitalarios que no cumplen las normas
de sanidad, como la desinfección de salas e implementos de cirugía, o la
adecuada asepsia del personal médico.
“Por medio de cultivos y pruebas microbiológicas (como el antibiograma), podemos determinar cuáles son las bacterias que generan un proceso infeccioso diferente a la causa de hospitalización por la que ingresa el paciente.
baumannii: agresivo y mortal
La mortalidad varía entre el 40% y el 60%, según el paciente y las complicaciones que presente en el transcurso de la enfermedad. “Cuando la bacteria llega al organismo humano conlleva a desarrollar afecciones como neumonía, meningitis, problemas vasculares y abdominales, entre otras, por lo cual la situación es tan traumática”, asegura el investigador.
Un informe del Grupo para el Control de la Resistencia Bacteriana de Bogotá, adelantado con 36 instituciones de salud del país (29 de Bogotá y 7 de otras ciudades: Armenia, Ibagué, Manizales, Neiva, Popayán, Tunja y Valledupar), revela que desde el 2001 hasta el 2009, 323.108 personas adquirieron infecciones intrahospitalarias.
En Bogotá, durante el 2009, fueron atendidos por esta causa 34 niños y 346 adultos fuera de la unidad de cuidados intensivos, así como 12 recién nacidos, 28 niños y 411 adultos que sí estaban recluidos en dichas salas especiales. En total, fueron diagnosticados 519 pacientes.
El estudio señala que las personas más vulnerables a perecer por la infección son aquellas que demuestran multirresistencia a los antibióticos que la combaten. Lemos asegura que “el microorganismo es difícil de eliminar y esto ocasiona la muerte del paciente”.
“En nuestro medio el panorama del mal uso de los antibióticos es el principal factor que genera la resistencia bacteriana. El problema se debe atacar de raíz, como en los países nórdicos donde existen leyes y restricciones serias para la prescripción y suministro de medicamentos. En salud, esta falta de control representa la muerte”, mencionó Lemos.
Para la epidemióloga León, no existe un control efectivo de la provisión de medicamentos. “Cuando los antibióticos se utilizan en casos innecesarios, como en infecciones virales, se genera una resistencia natural que impide que estos actúen cuando realmente se trate de bacterias”.
Una infección costosa.
“Por medio de cultivos y pruebas microbiológicas (como el antibiograma), podemos determinar cuáles son las bacterias que generan un proceso infeccioso diferente a la causa de hospitalización por la que ingresa el paciente.
baumannii: agresivo y mortal
La mortalidad varía entre el 40% y el 60%, según el paciente y las complicaciones que presente en el transcurso de la enfermedad. “Cuando la bacteria llega al organismo humano conlleva a desarrollar afecciones como neumonía, meningitis, problemas vasculares y abdominales, entre otras, por lo cual la situación es tan traumática”, asegura el investigador.
Un informe del Grupo para el Control de la Resistencia Bacteriana de Bogotá, adelantado con 36 instituciones de salud del país (29 de Bogotá y 7 de otras ciudades: Armenia, Ibagué, Manizales, Neiva, Popayán, Tunja y Valledupar), revela que desde el 2001 hasta el 2009, 323.108 personas adquirieron infecciones intrahospitalarias.
En Bogotá, durante el 2009, fueron atendidos por esta causa 34 niños y 346 adultos fuera de la unidad de cuidados intensivos, así como 12 recién nacidos, 28 niños y 411 adultos que sí estaban recluidos en dichas salas especiales. En total, fueron diagnosticados 519 pacientes.
El estudio señala que las personas más vulnerables a perecer por la infección son aquellas que demuestran multirresistencia a los antibióticos que la combaten. Lemos asegura que “el microorganismo es difícil de eliminar y esto ocasiona la muerte del paciente”.
“En nuestro medio el panorama del mal uso de los antibióticos es el principal factor que genera la resistencia bacteriana. El problema se debe atacar de raíz, como en los países nórdicos donde existen leyes y restricciones serias para la prescripción y suministro de medicamentos. En salud, esta falta de control representa la muerte”, mencionó Lemos.
Para la epidemióloga León, no existe un control efectivo de la provisión de medicamentos. “Cuando los antibióticos se utilizan en casos innecesarios, como en infecciones virales, se genera una resistencia natural que impide que estos actúen cuando realmente se trate de bacterias”.
Una infección costosa.
La investigación dividió los costos en dos: directos, los que tienen que pagar los hospitales o las aseguradoras cuando el paciente se infecta, y los indirectos, que asumen las familias.
“A partir de la técnica de microcosteo, el estudio obtuvo todos los valores asociados a la presencia de la bacteria. El sistema de salud colombiano no realiza con frecuencia este tipo de análisis, por lo cual los resultados demuestran la necesidad de generar políticas públicas, siguiendo los protocolos de la Organización Mundial de la Salud para el control de dichos agentes”,
Los 13 ó 15 millones de pesos que las instituciones gastan por paciente incluyen antibióticos, estancia, insumos, etc. En el 2009, el tratamiento de las personas infectadas costó 727 mil millones de pesos, que habrían podido invertirse en prevención, sin que ello implicara pérdidas humanas.
El gasto adicional, por familia, es mayor a 75 mil pesos semanales y puede alcanzar la tercera parte de un salario mínimo cuando el paciente está hospitalizado hasta por un mes.
El estudio contempló gastos de transporte, medicamentos, alimentación fuera de casa y pérdida de productividad del enfermo. “Asumir esta carga implica sacrificar otras necesidades básicas para la mayoría de familias colombianas. Cuando hay muerte, se ocasionan otros costos”, dijo el doctor Lemos.
Medir el problema sirve para que las instituciones de salud tengan un mayor control de las bacterias, que, aunque siempre existirán, su transmisión debería asociarse a factores endógenos y no exógenos (controlables con medidas rigurosas que eviten la propagación y la alta mortalidad).
“La muerte de cada paciente implica la pérdida del consumo de recursos para el sistema. Esto dimensiona, en parte, lo que significa la enfermedad y la disminución de la expectativa de vida para la población del país.
·
Por todo el impacto negativo que ejercen las IIH tanto en la esfera de la
salud, en lo social y en lo económico, es que surge a nivel mundial una
voluntad encaminada a enfrentar el problema que plantean las infecciones en los
hospitales.
·
En 1989 se organizó en la sede de la Organización Panamericana de la Salud
en Washington, una Conferencia Regional sobre Prevención y Control de
Infecciones Nosocomiales. Además de Cuba participaron Argentina, Brasil,
Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica y los Estados Unidos, entre otros. En esta
reunión se puso de manifiesto el avance alcanzado por Cuba en este campo, que
la colocó en ese momento y junto a Chile y Colombia, a la cabeza de
Latinoamérica, con un programa en pleno y exitoso desarrollo.12 En la
actualidad médicos microbiólogos cubanos realizan asesorías en torno a las IIH
en otros países como Perú; allí se reconoce la calidad de estas y la valoran
altamente.
·
En los Estados Unidos existe desde 1970 un sistema de vigilancia de las
infecciones nosocomiales (el llamado National Nasocomial Infection system),
establecido por el CDC, con el fin de realizar un estudio sistemático de las
infecciones nosocomiales en ese país y sus resultados constituyen una
referencia obligada en este campo.
·
En Europa, por su parte, se viene desarrollando desde 1990 la experiencia
de los llamados “hospitales-pilotos” para llevar en gran escala un estudio
multicéntrico de vigilancia continuada de las infecciones nosocomiales, con
vistas a aunar esfuerzos en la lucha contra este gran problema de salud actual.
·
Nosocomial proviene del griego nosokomein que significa
nosocomio, o lo que es lo mismo hospital, y que a su vez deriva de las palabras
griegas nosos, enfermedad, y komein, cuidar, o sea, “donde se cuidan enfermos”.
Por lo tanto infección nosocomial es una infección asociada con un hospital o
con una institución de salud.
·
El origen de las infecciones nosocomiales u hospitalarias, o más
exactamente intrahospitalarias (IIH), se remonta al comienzo mismo de los
hospitales en el año 325 de nuestra era, cuando estos son creados como
expresión de caridad cristiana para los enfermos; por lo tanto no es un
fenómeno nuevo sino que ha cambiado de cara.
·
Se dice que la primera causa de IIH es el propio hospital, en franca
contradicción con la máxima que rige la práctica médica: primun non
nocere, y es que durante más de 1000 a los hospitales han mezclado toda
clase de pacientes en sus salas. De esta forma las epidemias entonces
existentes, o sea, tifus, cólera, viruela, fiebres tifoidea y puerperal, fueron
introducidas y propagadas a los enfermos afectados de procesos quirúrgicos y de
otra índole.1
·
Entre los grandes hombres de ciencia que se destacaron por sus aportes al
conocimiento inicial de la IIH se encuentran:2,3 Sir John Pringle (1740-1780),
quien fue el primero que defendió la teoría del contagio animado como
responsable de las infecciones nosocomiales y el precursor de la noción de
antiséptico.
·
James Simpson, fallecido en 1870, realizó el primer estudio ecológico sobre las IIH, donde
relacionó cifras de mortalidad por gangrena e infección, tras amputación, con
el tamaño del hospital y su masificación.
·
En 1843, el destacado médico norteamericano Oliver Wendell Holmes,
en su clásico trabajo IN thecontagiousness of Childbed
Fever postuló que las infecciones puerperales eran propagadas
físicamente a las mujeres parturientas por los médicos, a partir de los
materiales infectados en las autopsias que practicaban o de las mujeres
infectadas que atendían; así mismo dictó reglas de higiene en torno al parto.
·
En 1861 el eminente médico húngaro Ignacio Felipe Semmelweis publicó
sus trascendentales hallazgos sobre el origen nosocomial de la fiebre
puerperal, los cuales demostraron que las mujeres cuyo parto era atendido por
médicos, resultaban infectadas 4 veces más a menudo que las que eran atendidas
en su casa por parteras, excepto en París, donde estas efectuaban sus propias
autopsias. Semmelweis consiguió una notable reducción en la
mortalidad materna a través de un apropiado lavado de manos por parte del
personal asistencial, pilar fundamental en que se asienta hoy en día la
prevención de la IIH.
·
Lord Joseph Lister estableció en 1885 el uso del ácido carbólico, o sea, el ácido fénico
o fenol, para realizar la aerolización de los quirófanos, lo que se considera
el origen propiamente dicho de la asepsia, además de ser quien introdujo los
principios de la antisepsia en cirugía. Estas medidas son consecuencias de su
pensamiento avanzado en torno a la sepsis hospitalaria, que puede sintetizarse
en su frase: “Hay que ver con el ojo de la mente los fermentos sépticos”.
·
A medida que han ido transcurriendo los años, se observa el carácter
cambiante y creciente de las infecciones nosocomiales. Si los primeros
hospitales conocieron las grandes infecciones epidémicas, todas causadas por
gérmenes comunitarios y que provenían del desconocimiento completo de las
medidas de higiene, las infecciones actuales están más agazapadas y escondidas
tras la masa de infecciones de carácter endémico ocasionadas el 90 % de ellas
por gérmenes banales. Al carácter actual que han tomado las infecciones
nosocomiales ha contribuido el aumento del número de servicios médicos y la
complejidad de estos, la mayor utilización de las unidades de cuidados
intensivos, la aplicación de agentes antimicrobianos cada vez más potentes, así
como el uso extensivo de fármacos inmunosupresores. Todo esto consecuentemente
ha hecho más difícil el control de estas infecciones. Las infecciones
adquiridas en los hospitales son el precio a pagar por el uso de la tecnología
más moderna aplicada a los enfermos más y más expuestos, en los cuales la vida
es prolongada por esas técnicas.1
·
Las IIH constituyen actualmente un importante problema de salud a nivel
mundial, no solo para los pacientes sino también para su familia, la comunidad
y el estado. Afectan a todas las instituciones hospitalarias y resultan una de
las principales causas de morbilidad y mortalidad, así como un pesado gravamen
a los costos de salud. Las complicaciones infecciosas entrañan sobrecostos
ligados a la prolongación de la estadía hospitalaria (1 millón de días en
hospitalización suplementaria cada año es una cifra constantemente citada);
están asociadas también con los antibióticos costosos, las reintervenciones
quirúrgicas, sin contar con los costos sociales dados por pérdidas de salarios,
de producción, etc. Los estimados, basados en datos de prevalencia indican que
aproximadamente el 5 % de los pacientes ingresados en los hospitales contraen
una infección que cualquiera que sea su naturaleza, multiplica por 2 la carga
de cuidados de enfermería, por 3 el costo de los medicamentos y por 7 los
exámenes a realizar. En países como Francia el gasto promedio por enfermo es de
1 800 a 3 600 dólares en sobreestadías que van de 7 a 15 d. En el conjunto de
países desarrollados el total de los gastos ascienden entre 5 y 10 mil millones
de dólares. En Cuba por concepto de infecciones hospitalarias se erogan más de
3 millones de pesos al año. Más importante aún son los costos en vidas humanas
cobradas por las infecciones nosocomiales. Si se estima que la infección es la
causa de muerte en 1 a 3 % de los pacientes ingresados, se tendrán cifras tan
impresionantes como las reportadas en Estados Unidos de 25 a 100 mil muertes
anuales.4
·
Las IIH son un indicador que mide la calidad de los servicios prestados.
Actualmente la eficiencia de un hospital no solo se mide por los índices de
mortalidad y aprovechamiento del recurso cama, sino también se toma en cuenta
el índice de infecciones hospitalarias. No se considera eficiente un hospital
que tiene una alta incidencia de infecciones adquiridas durante la estadía de
los pacientes en él, ya que como dijo Florence Nightingale, dama inglesa
fallecida en 1910 y fundadora de la escuela moderna de enfermería, “lo primero
que no debe hacer un hospital es enfermar”.
·
El concepto de IIH ha ido cambiando a medida que se ha ido profundizando en
el estudio de ella. Clásicamente se incluía bajo este término a aquella
infección que aparecía 48 h después del ingreso, durante la estadía
hospitalaria y hasta 72 h después del alta y cuya fuente fuera atribuible al
hospital. En 1994 el Centro para el Control de las Enfermedades (CDC), de
Atlanta, redefinió el concepto de IIH, que es el vigente y que la define como
sigue:5 Toda infección que no esté presente o incubándose en el momento del
ingreso en el hospital, que se manifieste clínicamente, o sea descubierta por
la observación directa durante la cirugía, endoscopia y otros procederes o
pruebas diagnósticas, o que sea basada en el criterio clínico. Se incluyen
aquellas que por su período de incubación se manifiestan posteriormente al alta
del paciente y se relacionen con los procederes o actividad hospitalaria, y las
relacionadas con los servicios ambulatorios.
·
Existen principios sobre los que se basa este nuevo concepto que ayudan a
definir la IIH en situaciones especiales. Se considera nosocomial la infección
del recién nacido como resultado del paso por el canal del parto, por ejemplo
la oftalmia neonatorum. No es hospitalaria la infección del recién nacido
adquirida transplacentariamente (rubéola, citomegalovirus, etc.) y que comienza
precozmente tras el nacimiento. Además, y con pocas excepciones, no existe un
tiempo específico durante o después de la hospitalización para determinar si
una infección debe ser confirmada como nosocomial. En este nuevo concepto es de
notar el peso fundamental que tiene el criterio clínico complementado por los
hallazgos microbiológicos.
·
Las IIH tienen un origen multifactorial, que viene dado por los 3
componentes que forman la cadena de la infección , a saber: los agentes
infecciosos, el huésped y el medio ambiente, interactuando entre
ellos.6 En los agentes infecciosos hay que tener en cuenta su origen
(bacterias, virus, hongos o parásitos), sus atributos para producir enfermedad
(virulencia, toxigenicidad), la estabilidad de su estructura antigénica, así
como su capacidad de resistencia múltiple a los agentes antimicrobianos. En el
caso de las bacterias, esta última propiedad se pone más de manifiesto por la
presencia de una serie de elementos genéticos de origen tanto cromosomal, tal
es el caso de los transposones y los integrones, como extracromosomal, o sea
los plásmidos, que las hacen adquirir resistencia a los antibióticos. Los
plásmidos se han convertido en la punta de lanza de los microorganismos en su
lucha por evadir los efectos de los antimicrobianos. Esos elementos codifican
una cantidad importante de enzimas que inactivan a uno o varios de estos
agentes, y crean verdaderos problemas a la hora de tratar infecciones causadas
por bacterias que las portan. Los plásmidos codifican, entre otras enzimas, a
las betalactamasas de espectro reducido y las de espectro ampliado (BIPEA),
derivadas de aquellas y que inactivan a betalactámicos como penicilinas y
cefalosporinas, así como también a aminoglucósidos estas últimas. De igual
forma portan los genes erm que crean resistencia frente a macrólidos y
lincosamidas, los de resistencia de alto nivel (RAN) a aminoglucósidos,
etc.,7 sin olvidar a los sumamente conocidos plásmidos de penicilinasa de
los estafilococos que de forma característica, se transmiten por transducción
en lugar de por conjugación . Los integrones, elementos móviles de inserción
secuencial descubiertos hace solo pocos años, han sido involucrados en la
resistencia incipiente que presentan ya algunas bacterias frente a los
carbapenemos, considerados entre los antibióticos más importantes hasta ahora
desarrollados; un ejemplo lo constituyen cepas de Pseudominas aeruginosa
resistentes a Imipenem.
·
El segundo elemento de la cadena es el huésped, en el que desempeñan una
función importante sus mecanismos de resistencia. La mayoría de las infecciones
en el hospital se producen en cierto grupo de pacientes con características
individuales como la edad (el 60 % de los casos está entre 50 y 90 a),
malnutrición, trau-matizaos, enfermedades crónicas, tratamientos con
inmunosupresores y antimicrobianos, así como que están sometidos a procederes
invasivos diagnósticos o terapéuticos, que los hacen más susceptibles de
adquirir infecciones durante su estancia en el hospital.4
·
El tercer y último elemento de la cadena sería el medio ambiente tanto
animado como inanimado, que está constituido por el propio entorno
hospitalario, los equipos e instrumental para el diagnóstico y tratamiento, los
materiales de cura y las soluciones desinfectantes, etc., y sobre todo el
personal asistencial.
·
De la interacción de estos 3 factores van a surgir las infecciones
hospitalarias y en la medida en que participen estos así será su incidencia y
su comportamiento. Las IIH son un problema complejo donde intervienen además
cuestiones financieras, de personal, organizativas y estructurales.
·
Como ya se ha dicho, con el devenir de los años las IIH han ido cambiando
en sus características; otro tanto ha ocurrido con los que pueden ser considerados
como “sus actores”.
·
La década de los 50 se conoce como “la era de los estafilococos”, ya que
el Staphyococcus aureus que había sido susceptible a la
penicilina de manera uniforme, gradualmente comenzó a desarrollar resistencia
mediada por betalactamasas, especialmente el fagotipo 80-81. Este germen puede
considerarse como paradigma del “patógeno de hospital”. Su surgimiento
coincidió con el uso cada vez más generalizado de antibióticos de amplio
espectro. A comienzos de la década de los 60, la pandemia de estafilococos
comenzó a disminuir relacionada con la introducción de nuevos antibióticos
resistentes a betalactamasas que fueron eficaces contra el estafilococo.
·
En 1970 y 1975 existió un incremento de los bacilos gramnegativos; las
enterobacteria y Pseudomonas aeruginosa dominaron la escena de las IIH. Estas
cepas, resistentes a varios antimicrobianos, eran propagadas por medio de las
manos contaminadas del personal.
·
La década de los 80 vio surgir varios patógenos nuevos como el Staphylococcus
aureus resistente a meticillin (SARM), Staphyloccocus epidermidis de
resistencia múltiple, enterococos resistentes a vancomicina y otras especies de
Pseudomonas multirresistentes, así como Candida albicans y
citomegalovirus. Hay una diferencia importante entre el estafilococo fagotipo
80-81 y el SARM en cuanto a su transmisión; mientras que el 80-81 era portado
por el personal asintomático del hospital en sus fosas nasales. El SARM se
transmite pasivamente de un paciente a otro por medio de las manos del
personal. Staphylococcus epidermidis de resistencia múltiple
es un ejemplo del antiguo adagio que dice que “los saprofitos de ayer son los
patógenos de hoy; actualmente es conocido como causa de infección relacionada
con catéteres, prótesis vasculares, heridas quirúrgicas y bacteriemias. Aunque
ninguna de estas especies de estafilococos resistentes parece ser más virulenta
que aquellas sensibles, el hecho de la multirresistencia comporta un gasto
importante de medicamentos. Los enterococos aumentaron su presencia en los
hospitales a mediados de los 80; como son resistentes a las cefalosporinas, se
cree que el aumento se debió al enorme uso que en este período se hizo de
nuevos antibióticos que pertenecen a este grupo.
·
Recientemente y en relación con el gran número de pacientes
inmunodeprimidos que la epidemia de VIH/SIDA ha aportado a los hospitales, han
surgido otros nuevos patógenos, inócuos antes, como Aspergillus,
corinebacterias (Corynebacterium jeikeum, Rodococcus equi), etc.
·
La inmensa mayoría de las IIH son producidas por gérmenes “banales”
endógenos presentes en el flora normal de los enfermos, no patógenos en sus
medios habituales y transmitidos generalmente por el personal. Las bacterias
nosocomiales se distinguen de aquellas comunitarias por su resistencia frente a
los antibióticos. El medio hospitalario es muy propicio a la difusión de
resistencias, ya que un tercio de los pacientes reciben antibioticoterapia y
este hecho tiene como consecuencia la selección de bacterias resistentes a los
antimicro-bianos usados. Otra fuente importante de infecciones proviene de los
llamados gérmenes “oportunistas”, como Pseudomonas y Acinetobacter, que
colonizan los sistemas de agua de los hospitales, al igual que hongos
vinculados al medio ambiente. Las infecciones virales oportunistas
(citomegalovirus, virus sincitial respiratorio, herpesvirus) también están
presentes, sobre todo en recién nacidos e inmunodeprimidos, así como en
transplantados a partir de un donante aparentemente sano. Igual papel
desempeñan algunos parásitos, entre los que hay que citar a Pneumocystis
carinii (que algunos autores consideran como un hongo), Toxoplasma
gondii y Cryptosporidium.6
·
Como ya se ha planteado, la mayoría de las IIH son endémicas y se propagan
continuamente. A diferencia de los brotes epidémicos, en que las medidas a
adoptar deben ser tomadas con rapidez, en las infecciones endémicas se requiere
de una concertación de medidas de diversos grados de complejidad para
enfrentarlas que, en general, precisan de tiempo, organización y recursos.
Dichas medidas se enmarcan dentro del programa de lucha contra esas
infecciones, que constituyen la estrategia más útil para lograr su prevención y
control, y que son llevadas a cabo a través de una estructura, el comité de
prevención y control de las IIH, que aúna a toda la capacidad científica del
hospital en función de esta labor.
Actualmente se llaman infecciones
asociadas al cuidado de salud (IACS) ya que las infecciones las pueden adquirir
no solo en instituciones de primer nivel, sino también en centros de 3er nivel
con la mejor tecnología disponible. El
agravante de estas infecciones son los gérmenes resistentes a los antibióticos
que pueden colonizar previamente a los pacientes y muchas veces sin manifestar
infección, pueden ser reservorio y fuente de infección.
La vía más frecuente de transmisión es
por contacto, ya sea directo, a través de las manos no higienizadas, o,
indirecto, a través de elementos o dispositivo. Los de mayor preocupación son
los gérmenes resistentes a los antibióticos, algunos de ellos, como el Staphylococcus aureus, Enterococcus resistente a vancomicina, lebsiella productora de carbapenemasa y algunos emergentes como el Clostridium difficile.
Según las
estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, una media del 8,7% de los
pacientes de un hospital presentan infecciones nosocomiales. Las más frecuentes
son las de heridas quirúrgicas, tracto urinario (relacionadas con el empleo de
sondas vesicales), vías respiratorias inferiores (tráquea y bronquios) y las
asociadas al uso de catéteres.
No todas
las personas que están ingresadas en un centro sanitario son igual de vulnerables
frente a estos microorganismos. Los pacientes geriátricos, los
inmunodeprimidos, los que reciben quimioterapia y los neonatos son los focos
principales de estos agentes oportunistas debido a que su sistema inmune está
debilitado lo que facilita la colonización de los microorganismos.
Bacterias,
virus, hongos y otros patógenos están detrás de estas infecciones, que suelen
ser difíciles de tratar con los antibióticos habituales. Puede haber contagios
cruzados (cuando el agente se contrae de otro enfermo), endógenos (cuando
procede de la flora del propio individuo) o ambientales (por contacto con
material contaminado).
Algunos de los agentes infecciosos más comunes
son:
·
'Klebsiella pneumoniae': este bacilo aerobio es el más importante
del género 'Klebsiella'. Puede provocar infecciones en el tracto urinario (lo
más frecuente), sistema respiratorio, tejidos blandos y heridas. En ocasiones,
en organismos debilitados, puede desencadenar una infección generalizada
(sepsis) que puede terminar con la vida del paciente.
·
'Escherichia coli': se trata de una bacteria que está presente en
nuestro organismo, concretamente en el tracto gastrointestinal. Existen
numerosas cepas o variantes de este agente, algunas de las cuales, como la
'O157:H7', producen toxinas que pueden originar enfermedad grave. Los niños
menores de cinco años y los ancianos son los grupos de edad que tienen más
riesgo de contraer complicaciones con esta infección. La enfermedad se
transmite por vía feco-oral a través de alimentos contaminados y de persona a
persona. Sus síntomas son variables en función de la cepa pero los más
frecuentes son colitis y fiebre alta.
·
'Pseudomonas aeruginosa': es el más temido en general. Es un bacilo
Gram negativo que siempre está en contacto con nosotros. Pero en ambientes
hospitalarios puede representar un problema, especialmente para pacientes
oncológicos y quemados. Suele infectar el tracto urinario, las vías
respiratorias, las heridas y las quemaduras. Tiene una gran capacidad de
adaptación y una alta resistencia a los antibióticos.
·
'Staphylococcu aureus': Los contagios de esta bacteria son muy
frecuentes. En Estados Unidos, alrededor de 300.000 personas se infectan con
este 'coco' en los centros de salud. Los factores que predisponen al contagio
son la hemodiálisis, la dermatitis, ser diabético insulinodependiente, la
exposición previa a antibióticos, las quemaduras y la hospitalización
prolongada.
·
'Candida albicans': la candida es la máxima responsable de las
infecciones intrahospitalarias fúngicas (por hongos) y es una importante
amenaza para los pacientes inmunocomprometidos. Normalmente, C. albicans vive
en nuestro organismo sin ocasionar ningún problema pero puede provocar
candidiasis invasivas, una de las infecciones nosocomiales más frecuentes.
·
'Aspergillus spp': este hongo es un ejemplo perfecto de patógeno
oportunista. Suele aparecer en los hospitales tras la realización de obras y
puede provocar infinidad de cuadros como infecciones superficiales, sobre
heridas o asociadas a cuerpos extraños como catéteres. En los pacientes
inmunodeprimidos la aspergilosis puede ser cutánea, pulmonar, de las vías
aéreas o diseminada.
·
Virus sincitial respiratorio: es un patógeno muy común que se propaga fácil y rápidamente por contacto
físico. Normalmente, provoca síntomas gripales leves y lo más frecuente es que
a los dos años de edad todos los niños ya hayan sido infectados por él en
alguna ocasión sin que suponga mayor problema. La propagación nosocomial de
este virus a receptores de trasplante o pacientes con anomalías cardiovasculares
o con el sistema inmune debilitado se asocia con una enfermedad grave y letal.
·
Rotavirus:
junto con el virus sincitial respiratorio representa el 30% de las infecciones
nosocomiales pediátricas. El rotavirus provoca gastroenteritis que pueden tener
una gravedad variable. Es responsable del 5% de todas las muertes en niños
menores de cinco años y del 22% al 60% de las hospitalizaciones pediátricas en
el mundo. El 25% de estas infecciones son adquiridas en el propio hospital.
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